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viernes, 10 de junio de 2016

8+2= 10 UN SUEÑO POR ALCANZAR



                                       
Valentina es una niña dispuesta a hacer realidad su sueño: ser bailarina profesional.
Su devoción por la danza empezó cuando tenía 6 años, vio a unas niñas de su colegio haciendo un baile que estaban preparando para una actuación. Cada recreo se acercaba a ellas y las copiaba.
Un día en el colegio repartieron un folleto de actividades de verano, Valentina se fijó que en el papel aparecía la actividad de baile. Cuando llegó a casa, fue corriendo a donde estaba su madre y le preguntó si podía ir a baile, unas cinco o seis veces. Su madre le dijo que si, y fueron juntas al ayuntamiento a inscribirse. Pero la gran sonrisa de Valentina, se sustituyo por una cara larga y unos ojos llorosos: las plazas de baile ya estaban ocupadas.
Valentina ya no era la misma, no se concentraba en el colegio, no hablaba, no sonreía y se encerraba en su cuarto toda la tarde. Su madre buscó una solución, apuntarla a una escuela de danza. Jimena, que así se llamaba la madre de Valentina, esperó a la mejor situación para darle la noticia a su hija.
Jimena esperó, y el día del cumpleaños de su hija se lo dijo. Valentina no pudo dejar escapar un chillido que ensordeció a toda la familia.
Hoy va a ser el primer día de Valentina la bailarina. Cuando pisó el parqué del pabellón, a Valentina le dieron unas ganas enormes de bailar. Ya tenía practica de los bailes que hacía en el colegio, pero no eran lo suficiente para llegar al nivel de las otras niñas. Una niña de pelo rubio, casi blanco, se acercó a ella, y le soltó unas palabras que no le sentaron nada bien a Valentina. Sus primeros días en el pabellón del INDD (instituto nacional de danza) no fueron buenos gracias a la niña del pelo rubio platino, pero al final se acabó acostumbrando como las demás.
Valentina ya tiene 12 años y está preparando las audiciones para poder ir al campeonato nacional de baile. Baila muy bien y ha aprendido a hacer unos piruetas geniales. Lo malo es que ella no es la única que ha progresado, Jessica, que así se llamaba la niña del pelo platino, también hacía unos piruetas y unos giros fenomenales. Porque digo que es malo, porque al nacional solo puede pasar una niña del INDD.
Las audiciones son dentro de dos meses, y Valentina se está tomando más a fondo el baile que los estudios y está bajando mucho las notas, cosa que no hace ni pizca de gracia a Jimena.
Valentina llegó a casa con un insuficiente en matemáticas, ella y su madre tuvieron una conversación bastante seria, si Valentina sigue bajando notas va a tener que dejar el baile.
Jimena y el profesor de Valentina, y lo mejor para ella es apuntarla a unas clases particulares. A Valentina no le hace nin pizca de gracia eso de tener que ir a unas clases. Jimena le dijo que ya había tenido un aviso y como siguiese así había que cargar con las consecuencias. Valentina asinió cogió su bolsa de baile, se hizo un chicho bien alto y se fue al INDD. Cuando llegó vio que Jessica estaba en el suelo agarrando su tobillo y quejándose de dolor. A Valentina no le escapó una risilla falsa. Se acercó y le dijo que cuanto lo sentía. Jessica ya no podría ir a las audiciones.
Hoy es el día de las audiciones y Valentina está muy nerviosa. Tendrían que ir a hacer las audiciones a Barcelona y el nacional sería en Madrid. Valentina se hizo un moño, se puso sus tenis nuevos, su top y sus leggins y se monto en el coche dirección Barcelona. Cuando llegaron a aquel pabellón, no tenía nada que ver con el INDD, ¡aquel era enorme! Cuando se fue a calentar se encontró con Paula y Sara, dos compañeras de baile. Las tres se desearon suerte, y en menos de lo que canto un gallo le tocaba a Valentina. Esta respiró, entró en el recinto de baile e hizo un ejercicio perfecto. Sara no tuvo tanta suerte se calló en un giro pero no pasa nada.
En cuanto a las puntuaciones, el puesto para el nacional estaba entre ella y Paula. Valentina miró a su madre y esta le contesto con un beso. Dos minutos después, oyó su nombre por el micrófono, ¡había pasado al nacional! Valentina no podía estar más contenta. Había alcanzado su sueño.
Pero esto no es todo, lo mejor, es que Valentina quedo en segundo puesto en el nacional.